EL PIEDRAZO
Resulta que yo había comprado una rifa de la cooperadora de la escuela que queda a media cuadra y había sacado el primer premio que eran cuatro autos, dos casas, tres motos y un cuchillito.
Bueno, con uno de los autos había pasado a buscar a la que ahora es mi novia, para llevarla a pasear. A ella se le había ocurrido traer el termo y el mate, así que nos fuimos a tomar unos mates a la playa. Ella me gustaba mucho, pero mucho en serio, y quería impresionarla con algo. No se me ocurría con qué. Entonces vi que había unas piedritas, le devolví el mate y le dije: “Mirá, vas a ver qué lejos llego”. “¡Ay, dale, me encanta!”, dijo ella mientras cambiaba la yerba. Yo no quería que el piedrazo se quedara por ahí cerca nomás, así que tomé carrera y la tiré con todo. Nos quedamos mirando para ver el chapuzón de la piedra en el agua, pero nada. Por más que miramos, no la vimos caer. Tiré de nuevo. Pero otra vez, no vimos dónde caía. Bueno, nos pareció raro; pero no le hicimos caso. Seguimos charlando de nuestras cosas, ahí medio fue que me declaré. Terminamos de tomar mate y nos fuimos.
Al otro año, de nuevo se me ocurre invitarla a pasear a esa playa para festejar que hacía un año que estábamos de novios. Llevamos mate, todo igual que la otra vez. En eso estábamos de lo más tranquilos cuando ¡páfate! a ella le pegan un piedrazo en la cabeza. Me levanté hecho una fiera, para ver quién había sido el bruto. Pero no había nadie. La playa es amplia y se ve lejos. ¿Entonces quién había sido? Y ahí me di cuenta, ¡era la piedra que yo mismo había tirado el año pasado! Había dado la vuelta al mundo y le pegó en la nuca a mi novia. Le expliqué y ella gritó:”¡Entonces agachate que debe estar por llegar la otra!” Tal cual, menos mal que nos agachamos porque al ratito nomás, ahí delante de donde estábamos pegó el otro piedrazo.
Después seguimos tomando mate lo más tranquilos porque había tirado dos nomás, que si no nos teníamos que ir.
Luis María Pescetti. El pulpo está crudo, 1990.
PUENTES
Yo dibujo puentes
para que me encuentres:
Un puente de tela
con mis acuarelas…
Un puente colgante,
con tizas, brillante…
Puentes de madera
con lápiz de cera…
Puentes levadizos,
plateados, cobrizos…
Puentes irrompibles,
de piedra, invisibles…
Y vos…¡quién creyera!
¡No los ves siquiera!
Hago cien, diez, uno…
¡No cruzás ninguno!
Mas…como te quiero…
dibujo y espero.
Elsa Bornemann. Poemas para chicos enamorados.
LAS AVENTURAS DEL SAPO RUPERTO
Ruperto era un sapo aventurero y soñador, pero nunca, ni una sola vez, había salido lejos del charco sin permiso. Ahora, desde que aquellos hombres habían llegado y desde que todas las casas tenían luz, la imaginación de Ruperto y sus ganas de conocer cosas nuevas habían aumentado.
Como buen sapo, Ruperto conocía la luz tibia del sol y también la luz blanca y tranquila de la luna, pero aquella luz distinta que veía en las casas le llamaba mucho la atención.
-¡Luz de noche! ¡Qué cosa más rara!- había exclamado el sapo Ruperto al ver por primera vez esas bolitas de vidrio llamadas lamparitas. Y era por culpa de esa luz que ahora, por primera vez, había decidido salir del charco.
Miró a los costados. Su padre, un sapo enorme, roncaba panza arriba recostado en unas plantas. Su madre, acurrucada al costado, también tenía los ojos cerrados.
El sapo empezó a saltar. La primera casa con luz quedaba lejísimos, como a media cuadra, por lo que Ruperto, al ratito de haber saltado, tuvo que detenerse para descansar.
Cuando por fin llegó a la casa, se puso loco de contento- ¡Por fin había descubierto para qué los hombres ponían luz de noche! La luz servía para atraer toda clase de insectos. Ruperto pensaba que los hombres eran seres muy vivos y que seguro se pasaban toda la noche comiendo mosquitos, mosquitas y otros bichos que venían de todas partes a ver la luz. (…)
Lo que le extrañaba era que no hubiera allí ningún hombre para comer todos esos bichos. Pensó que seguro los hombres ya habrían cazado unos cuantos y estarían dentro de la casa, cenando.
-¡Qué vivos! Si nosotros tuviéramos una luz así en el charco, también tendríamos una pila de comida como ellos- rió.
Roy Berocay. Las aventuras del sapo Ruperto (fragmento), 1996.
VAYA UNO A SABER CÓMO SERÁ EL MUNDO MAS ALLÁ DEL AÑO 2000.
Tenemos una única certeza: si todavía estamos ahí, para entonces ya seremos gente del siglo pasado y, peor todavía, seremos gente del pasado milenio. Sin embargo, aunque no podemos adivinar el mundo que será, bien podemos imaginar el que queremos que sea.
El derecho de soñar no figura entre los treinta derechos humanos que las Naciones Unidas proclamaron a fines de 1948. Pero si no fuera por él, y por las aguas que da de beber, los demás derechos se morirían de sed.Deliremos, pues, por un ratito. El mundo, que está patas arriba, se pondrá sobre sus pies:En las calles, los automóviles serán pisados por los perros.
El aire estará limpio de los venenos de las máquinas, y no tendrá más contaminación que la que emana de los miedos humanos y de las humanas pasiones. La gente no será manejada por el automóvil, ni será programada por la computadora, ni será comprada por el súper-mercado, ni será mirada por el televisor. El televisor dejará de ser el miembro más importante de la familia, y será tratado como la plancha o el lavarropas. La gente trabajará para vivir, en lugar de vivir para trabajar. En ningún país irán presos los muchachos que se nieguen a hacer el servicio militar, sino los que quieran hacerlo. Los economistas no llamarán nivel de vida al nivel de consumo, ni llamarán calidad de vida a la cantidad de cosas. Los cocineros no creerán que a las langostas les encanta que las hiervan vivas. Los historiadores no creerán que a los países les encanta ser invadidos. Los políticos no creerán que a los pobres les encanta comer promesas. El mundo ya no estará en guerra contra los pobres, sino contra la pobreza, y la industria militar no tendrá más remedio que declararse en quiebra por siempre jamás. Nadie morirá de hambre, porque nadie morirá de indigestión. Los niños de la calle no serán tratados como si fueran basura, porque no habrá niños de la calle. Los niños ricos no serán tratados como si fueran dinero, porque no habrá niños ricos. La educación no será el privilegio de quienes puedan pagarla. La policía no será la maldición de quienes no puedan comprarla. La justicia y la libertad, hermanas siamesas condenadas a vivir separadas, volverán a juntarse, bien pegaditas, espalda contra espalda. Una mujer, negra, será presidente de Brasil y otra mujer, negra, será presidente de los Estados Unidos de América. Una mujer india gobernará Guatemala y otra, Perú. En Argentina, las locas de Plaza de Mayo serán un ejemplo de salud mental, porque ellas se negaron a olvidar en los tiempos de la amnesia obligatoria. La Santa Madre Iglesia corregirá algunas erratas de las piedras de Moisés. El sexto mandamiento ordenará: "Festejarás el cuerpo". El noveno, que desconfía del deseo, lo declarará sagrado. La Iglesia también dictará un undécimo mandamiento, que se le había olvidado al Señor: "Amarás a la naturaleza, de la que formas parte". Todos los penitentes serán celebrantes, y no habrá noche que no sea vivida como si fuera la última, ni día que no sea vivido como si fuera el primero.
Eduardo Galeano.
COLMOS
¿Cuál es el colmo de un jardinero?
Tener una novia llamada Margarita y dejarla plantada.
¿Cuál es el colmo de un bombero?
Apagar un incendio con galletitas de agua.
¿Cuál es el colmo de un almacenero?
Tener un hijo salame.
¿Cuál es el colmo del forzudo?
Atarse los zapatos con el cordón de la vereda.
BENDICIÓN DE DRAGÓN
Que las lluvias que te mojen sean suaves y cálidas.
Que el viento llegue lleno del perfume de las flores.
Que los ríos te sean propicios y corran para el lado que quieras navegar.
Que las nubes te cubran el sol cuando estés solo en el desierto.
Que los desiertos se llenen de árboles cuando los quieras atravesar.
O que encuentres esas plantas mágicas que guardan en su raíz el agua que hace falta.
Que el frío y la nieve lleguen cuando estés en una cueva tibia.
Que nunca te falte el fuego.
Que nunca te falte el agua.
Que nunca te falte el amor.
Tal vez el fuego se pueda prender.
Tal vez el agua pueda caer del cielo.
Si te falta el amor, no hay agua ni fuego que alcancen para seguir viviendo.
Gustavo Roldán. Dragón.
TRABALENGUAS
Paco Perico Pereyra
Pobre Pintor Portugués
Pinta Preciosos Paisajes
Para Pobres Personajes
Por Poca Plata Papel.
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María Chucena su choza techaba
y un techador que por ahí pasaba le dijo:
-María Chucena, ¿techas tu choza
o techas la ajena?
-No techo mi choza ni techo la ajena,
techo la choza de María Chucena.