El registro fotográfico de la Jornada de Lectura ha sido muy amplio. No quisimos perder ninguno de los muchos y ricos momentos vividos y compartidos por adultos y chicos de nuestra comunidad y por eso la cámara se disparó incesantemente. Aquí van entonces algunas escenas de lectura de las tantas sucedidas el viernes 1º de octubre.
Para finalizar, queremos compartir con ustedes un fragmento del discurso pronunciado en septiembre de 1931 por el poeta español Federico García Lorca al inaugurar la primera Biblioteca del pueblo de Fuente Vaqueros, Granada, titulada “Medio pan y un libro”. Es un texto fuerte, bello, revolucionario. Léanlo por favor con nosotros. Denlo a otros a leer. GRACIAS.
"Cuando alguien va al teatro, a un concierto o a una fiesta de cualquier índole que sea, si la fiesta es de su agrado, recuerda inmediatamente y lamenta que las personas que él quiere no se encuentren allí. ‘Lo que le gustaría esto a mi hermana, a mi padre’, piensa, y no goza ya del espectáculo sino a través de una leve melancolía. Ésta es la melancolía que yo siento, no por la gente de mi casa, que sería pequeño y ruin, sino por todas las criaturas que por falta de medios y por desgracia suya no gozan del supremo bien de la belleza que es vida y es bondad y es serenidad y es pasión.Por eso no tengo nunca un libro, porque regalo cuantos compro, que son infinitos, y por eso estoy aquí honrado y contento de inaugurar esta biblioteca del pueblo, la primera seguramente en toda la provincia de Granada.No sólo de pan vive el hombre. Yo, si tuviera hambre y estuviera desvalido en la calle no pediría un pan; sino que pediría medio pan y un libro. Y yo ataco desde aquí violentamente a los que solamente hablan de reivindicaciones económicas sin nombrar jamás las reivindicaciones culturales que es lo que los pueblos piden a gritos. Bien está que todos los hombres coman, pero que todos los hombres sepan. Que gocen todos los frutos del espíritu humano porque lo contrario es convertirlos en máquinas al servicio de Estado, es convertirlos en esclavos de una terrible organización social.